AL FONDO LA CATEDRAL

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viernes, 25 de mayo de 2012

UN MINUTO DE SILENCIO


El futbol es una pasión incontrolada que prende en las masas en la que no hay forma de poner orden y mas en estos mementos que en España hay tanto nacionalismo y tantas manifestaciones de sindicatos y cabreados y sin cabrear  contentos y descontentos y toda clase de protestas, todo el mundo encuentra un motivo para demostrar su angustia y malestar y las manifestaciones se multiplican. Hoy se juega en Madrid la final de copa del Rey entre los dos equipos que en mayor número de ocasiones han conseguido ganar este trofeo y que tienen  sus vitrinas repletas de copas antes del Generalísimo y ahora del Rey. Estos equipos son como todo el mundo sabe el Barcelona y el Atlético de Bilbao. El ambiente que se respira está bastante cargado  por ser dos equipos en los que se dice que representa algo más que un equipo ya que por ser  de dos Comunidades con tintes de separatismo se utilizan para reivindicar sus derechos. Y ¿cuál es el problema? Pues sencillamente que en estas finales siempre se interpreta el Himno Nacional en presencia del Rey y para molestar a muchos y sentirse diferentes unos pocos se armara el escándalo mientras suena el himno y no se escuche nada más que a la “chusma” enloquecida. ¿Sería mucho pedir un minuto de silencio? Sencillamente un minuto de respeto. Deberíamos de ser todos un poquito más tolerantes y dejar el deporte para disfrutar de ese gran espectáculo que es el futbol y no mezclarlo con otros intereses que aunque legítimos nada tienen que ver con lo que supone un día de fiesta deportiva como es la final de la copa del Rey. En estos momentos de crispación y de crisis es difícil hablar de tolerancia pero creo que se debe de respetar a las instituciones y centrarnos en ver ese gran  espectáculo deportivo que supone una final de la copa del Rey.

1 comentario:

Alejandro Pérez García dijo...

Buen artículo, querido amigo.

Cada cual es libre de pensar lo que quiera, alinearse en un nacionalismo u otro, pedir peras al olmo o manzanas al almendro. Faltaría más. Libres para todo, menos para molestar y alterar la libertad del prójimo.

Ante eso, habrá que atenerse al contenido de la Constitución, aceptada por todas la fuerzas políicas y sociales del territorio español -no lo olvidemos-, y asumir lo tipificado en el Código Penal, que arbitra penas sobre ultrajes y ofensas a España, Comunidades Autónomas, sus símbolos y emblemas. ¿Ha pensdado alguien en ello? No. Seguro que no.

Pero en lo que sí hemos pensado mucho es en la incoherencia de los sujetos de la ofensa. Si no les gusta España, ni su himno, ni el Rey, ni la copa que lleva su nombre, ¿por qué vienen a disputarla a la capital del reino? ¿Por qué no renunciaron al premio y al potencial económico que ello supone? Así podrán vencer, nunca convencer.

Todos estamos cabreados, ¿por qué no protestan donde y como se debe? Un estadio de fútbol es para otra cosa, no para ofender a los anfitriones que reciben a dos aficiones que deberían estar unidas por el deporte y separadas -exclusivamente- por los intereses deportivos, legítimos, de sus clubes.

Abrazos para todos y que gane el mejor; o sea, el que sepa estar con respeto y en favor de la convivencia. Solo así todo será posible.